lierganes
Paisajes de tren: destino Liérganes
Volando por las tetas de Liérganes y Peña Cabarga
Liérganes desde el aire
Muchas gracias a Alejandro Bedia Echevarría por compartir.
Subimos a las tetas de Liérganes y ¡qué vistas!
Siete planes para pasarlo en grande este fin de semana en Cantabria
- El Circo del Sol con su espectáculo Varekai en el Palacio de los Deportes de Santander. Viernes y sábado a las 18 y 21 horas. Domingo a las 13 y 16,30 horas.
- Mercado artesano y ecológico en Liencres. Todo el fin de semana de 11 a 22 horas.
- Hey Hey My Fest en Escenario Santander. Viernes y sábado a partir de las 18 horas.
- Mercado medieval en Liérganes. Todo el fin de semana.
- Festival Tasugo Rock en Selaya. Sábado a partir de las 18 horas.
- Ofrenda Floral Motera en Revilla de Camargo. Domingo a las 12 horas.
- Mercado vintage en la playa del Ris de Noja. Todo el fin de semana.
Liérganes, un pueblo de cuento
¿Sabes qué puebluco de Cantabria entra en el club de los más bonitos de España?
La leyenda del Hombre Pez
Francisco de La Vega y María de Casar vivían felizmente en Liérganes con sus cuatro hijos. El segundo de ellos, Francisco, se fue nadando río abajo, por el Miera, la víspera de San Juan del año 1674. No volvió así que, a pesar de ser un excelente nadador, le dieron por muerto.
Cinco años más tarde unos pescadores que faenaban en la bahía de Cádiz vieron a un ser acuático extraño que tenía apariencia humana. Lograron pescarlo cebándolo con pan y cercándolo con redes. Lo subieron a cubierta y vieron que era un hombre joven, corpulento, de tez pálida y cabello rojizo y ralo. Tenía una cinta de escamas que le descendía de la garganta hasta el estómago, otra que le cubría todo el espinazo, y unas uñas gastadas, corroídas por el salitre.
Lo llevaron al convento de San Francisco, donde, después de conjurar a los espíritus malignos, le interrogaron en varios idiomas sin obtener respuesta alguna. Al cabo de unos días dijo ¡Liérganes! y un joven cántabro que vivía en la zona comentó que era un pueblo de Cantabria.
La noticia llegó hasta el municipio donde pensaron que podía ser Francisco de la Vega Casar. El joven regresó a Cantabria, a casa de su madre, donde vivió con desgana. Siempre iba descalzo y muchas veces desnudo. Al cabo de nueve años, volvió a zambullirse en el Miera y nunca más se supo de él.