Lo tenemos aquí al lado. A 40 minutos de Santander en coche. En Villacarriedo está el palacio de Soñanes, la principal muestra del barroco cántabro. Te sientes pequeñito ante tan descomunal arquitectura. Y más cuando consultas las fechas. Resulta que lo construyeron entre 1719 y 1724. Y das gracias de que lo conservemos en tan impecable estado. La fachada tiene abundancia de pilastras y columnas corintias, fustes estriados, salomónicos y abalaustrados, frisos adornados con hojarascas o acanaladuras, frontones enteros o partidos sostenidos por columnillas retorcidas, modillones, acroteras, gárgolas y pináculos. Una barbaridad. Vaya un par de fachadas.
Pero es que caminas cincuenta metros y te encuentras una estupenda barriada en hilera. Con esos aleros de madera y las macetas dando color a balcones y porches. Y un olor a chimenea recién encendida que te lleva a recuerdos de la infancia.
Y te das la vuelta y ahí está la iglesia de San Martín del siglo XVIII. Un lugar de recogimiento para reflexionar sobre la vida. Sólo si quieres.
Los paisajes verdes de praderías delimitadas por muros de piedra y cabañas pasiegas las dejamos para otro día porque los Valles Pasiegos dan para mucho y siempre te dejan con ganas de más.