Santander es una ciudad enclavada en plena naturaleza. La bahía y el mar Cantábrico la dotan de personalidad y también la cantidad de zonas verdes, sendas y parques que salpican la ciudad. Hoy vamos a dar un paseo por tres de ellos y a caminar por dos de nuestras sendas preferidas.
Empezamos con los parques:
- El Parque del Agua es uno de lo más desconocidos de la ciudad. Está situado en la ladera sur de la calle Alta y lleva ese nombre porque representa el curso de un río. Cuenta con cuatro zonas: el nacimiento del río, para lo que se construyó una laguna de alta montaña; la zona del tramo medio, cuyo eje principal es el arroyo y donde se colocaron inventos relacionados con el agua como un batán o una noria; la zona de La Achicoria, donde se representaron huertas y la desembocadura, con una gran laguna. Todas tienen paneles informativos que ilustran al paseante acerca de la vegetación y la fauna asociados a los cursos de los ríos de Cantabria. Hayas, enebros, abedules, encinas y arbustos se pueden ver en este parque que fue reformado el año pasado y que también cuenta con un parque infantil y dos áreas de esparcimiento canino.
- La Finca de Jado. Antes de estar abierto al público fue una propiedad particular en la que había una vivienda, Villa Antonia, que hoy está destinada a usos sociales. En ella se ubica una biblioteca y el Centro Cultural Salvador Jado, en honor al antiguo propietario del lugar. En los jardines hay zonas destinadas a juegos y se pueden encontrar infinidad de especies arbóreas, entre ellas algunas de América del Norte y tropicales. También tiene plátanos de sombra, castaños de indias, magnolios, pinos, tilos, cedros y robles americanos, entre otras muchas especies. En este parque se encuentra el único ejemplar en Cantabria de la palmera Washingtonia Phylifera.
- El Parque del Doctor Morales. Situado en lo que fue el sanatorio del Doctor Morales, el parque tiene una superficie de 175.000 metros cuadrados y es conocido por la mayoría de los santanderinos como el parque de La Vaca. Tiene una escultura que homenajea al animal más importante de la economía cántabra. Posee una gran cantidad de especies como palmeras canarias, cipreses de Lawson, abedules, castaños de indias, olmos, fresnos, sauces… La zona de juegos está situada a la entrada del parque junto a un pequeño estanque. Los skaters son asiduos al lugar porque hay un skate park para patinar con rampas y pequeñas U.
Y ahora vamos a por las sendas:
- La senda de Mataleñas la solemos recorrer muchas mañanas en busca de imágenes del amanecer. A esas horas nos encontramos con corredores, paseadores de perros y gente que, como a nosotros, les gusta respirar Cantábrico. Verdes praderas y acantilados es lo que nos encontramos en este paseo que recorre Cabo Mayor y Cabo Menor. Nos gusta hacer paradas en el faro y en su centro de arte, en la playa y el parque de Mataleñas, que tiene una magnífica rosaleda y en la playa de Molinucos, la más pequeña de la ciudad. Hay días que nos quedamos ensimismados viendo cómo juegan al golf en el campo municipal de Mataleñas.
- La senda de la playa de la Magdalena. Esta senda de madera la recomendamos fuera de la época estival. Recorre toda la playa de Los Peligros y de La Magdalena con la bahía a los pies y el Puntal de Somo y los montes de Cantabria en el horizonte. Cuando están nevados la vista es inigualable. Desemboca en el balneario de la Magdalena donde podemos parar para reponer fuerzas y animarnos a recorrer toda la península de la Magdalena, que está al lado y es un lugar que no te cansas de admirar.
La suerte de vivir en Santander o venir a pasar unos días a la ciudad es que hay un montón de rincones donde perderse. Hay que aprovecharlos.