Infinitas ocasiones hemos fotografiado la isla de Mouro, pero siempre sale una imagen diferente. Un velero y el sol están atrapados hoy entre dos pinos.
Es la cuarta vez este año que el crucero Aída visita la bahía de Santander, con sus más de 1.000 pasajeros a bordo. Hoy estarán visitando la capital de Cantabria. A ver si compran algo y nos dejan algún dinerito.
Dos estilos diferentes. El cubismo de la torre del Rhin y el neoclasicismo del Gran Casino del Sardinero. El asfalto, los tamarindos y el mar de fondo. Mouro. Todo parece que encaja.
Hay días de agua en los que la isla de Mouro intenta borrarse del mapa. Juega al escondite con las gaviotas y con los barcos que fondeados esperan su turno para entrar al puerto. Hoy la partida se le está dando bien.
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