Cantabria en estado puro. Esto es lo que se ve desde el mirador de Rábago en Herrerías. Está situado en la carretera que sube a la cueva de El Soplao, otra de las maravillas de la región, y es de parada obligatoria. Desde este punto se tiene una panorámica 360º de paisajes del valle del Nansa, de Rionansa y Lamasón.
Desde aquí vemos: – La mina La Cuerre. – Peña Sagra. – La Hoz del Tanea. – La Sierra de la Collada. – Los Picos de Europa. – Rábago. – La Mies de Cades. – La Pica de Peña Mellera. – La Sierra de Cuera. – Bielva. – El Cueto de Garavillines.
Es recomendable darse un paseo por Rábago y por Bielva, donde hay interesantes iglesias y casonas del siglo XVI. Visitar Carmona, pueblo famoso por su tradición a la hora de tallar albarcas; Tudanca porque su casco viejo está declarado Bien de Interés Cultural y se puede acceder a la Casona de José María de Cossío, ahora museo; la ferrería de Cades, edificio de 1752, reconvertido en centro de interpretación, donde se explica cómo se hacía harina en aquellos tiempos y se trabajaba el hierro. Si eres más de caminar hay una senda fluvial en Cades-Camijanes para echar un día de excursión.
Aunque lo más espectacular de la zona es, sin duda alguna, la cueva de El Soplao. Está considerada como una de las grandes maravillas de la geología por su variedad de excéntricas, estalactitas, estalagmitas, coladas, columnas, perlas de las cavernas, dientes de perro… Y por su yacimiento de ámbar, donde se pueden ver insectos fosilizados de hace miles de años. La cueva tiene además un excepcional patrimonio de arqueología industrial minera, con más de 20 kilómetros de galerías excavadas, que también han dejado su huella en el exterior de la cueva con castilletes, hornos de calcinación, lavaderos, talleres, etc.
Para no perderse es también la gastronomía del lugar. Los productos hablan de una tierra de ganaderos, de pescadores y de gente cuidadosa con el huerto. Buenas carnes gracias a esos ‘praos’ verdes, excepcionales pescados salvajes del Cantábrico y productos lácteos que sirven de base para la creación de postres y hojaldres. El cocido montañés, los boronos o el sorropotún son platos que no te puedes perder si estás por la zona. ¿A qué esperas para organizar una excursión al mirador de Rábago y la cueva de El Soplao?