Te contamos siete bonitos paseos santanderinos para salir a respirar en estos tiempos de confinamiento

Hay años, como este 2020, que uno se siente privilegiado por vivir donde vive, en Santander, en esta ciudad que está en plena naturaleza y que deja respirar y disfrutar, vivir mejor, incluso en estos tiempos duros de confinamiento. En el Tomavistas nos detenemos todos los días en la belleza que nos transmite y así conseguimos ser un poco más felices. Hoy os queremos contar algunos de esos paseos en los que nos solemos perder para encontrarnos.

La senda de la peña de Peñacastillo
Coronarás el punto más alto de Santander y te encontrarás con unas vistas distintas de la ciudad y muy poco desgastadas porque apenas se publican en redes sociales. Hay dos tramos por los que coronar la peña: uno que comienza en la iglesia de San Lorenzo y el otro tramo que se inicia en Nuestra Señora de Loreto y que recorre la parte Norte de Peñacastillo.

Bordeando la costa de Santander
Es un caminar cómodo el de este paseo, todo llano y de unos 7 kilómetros, bordeando toda la costa sur de la ciudad, con la bahía de protagonista. Si madrugas, sopla sur y hay alguna nube en el cielo verás uno de esos amaneceres mágicos santanderino. Después te adentras en la península de la Magdalena y el Sardinero con sus playas, su horizonte cantábrico y todo el señorío de sus villas. En el paseo por Mataleñas y por las praderas de Cabo Mayor te sentirás pequeño ante una naturaleza majestuosa.

El Parque de las Llamas
De este parque urbano de once hectáreas de extensión lo que siempre nos ha llamado la atención son todas sus aves. Al atardecer en la parte central del parque, donde se encuentra un gran humedal, anidan gran variedad de pájaros, muchos de ellos migratorios que lo usan para descansar. No te olvides los prismáticos.

La Maruca guererra
La Maruca tiene ese encanto de puerto escondido, resguardado y guerrero. Durante las guerras del siglo XVII sus vecinos levantaron en la Punta de San Pedro una batería defensiva. En 1806 cuatro cañones de hierro fundido sirvieron para que los valientes habitantes de Monte expulsaran de las aguas de la ría a tres naves inglesas. Así que si tienes alma marinera o de pirata este paseo es un imprescindible.

Parqueando en Santander
Tenemos 21 repartidos a lo largo y ancho de la ciudad donde podemos soñar despiertos, abrazarnos a los árboles, reír con los amigos, pasear con nuestras mascotas, sentir la hierba en nuestros pies descalzos, hacer un picnic…  El Ayuntamiento ha creado Parqueando en Santander, una web que cuelga del portal oficial de Turismo, donde se recoge toda la información de nuestros parques.

La Alameda de Oviedo
Mucho comercio, entidades y despachos profesionales además de algunos de los centros culturales más importantes de la ciudad como el MAS, el CDIS y la biblioteca Menéndez Pelayo será lo que te encontrarás callejeando por este paseo.

Entrehuertas y pasadizos
Piérdete en los barrios y las calles santanderinas más alejadas del circuito convencional. Desde el barrio de Canalejas hasta la Finca Altamira, una zona de calles ‘pindias’, pasajes, patios de vecinos y recovecos. A esta zona se la denominaba la ladera sur ‘del Alta’ y antiguamente estaba poblada por huertas y rediles con animales de corral.

Aprovecha los ratos libres y redescubre Santander. Camínala, siéntela, reencuéntrate en ella. Siempre hay resquicios donde hay luz aunque los tiempos sean oscuros.