Lo descubrí este verano. Cuando salí a remar con la gente de Santander en Boga. Soplaba mucho nordeste y costó subir a la trainera. Cruzamos desde Raos a Elechas donde había un recodo donde no pegaba el viento. Es éste. Y lo más interesante fue que había infinidad de aves: patos, cisnes, cormoranes, garcetas, fochas. Me impresionó el sonido de un cisne volando. No había oído nada igual. Pasó sobre nuestras cabezas y aterrizó a pocos metros. Hoy los hemos encontrado dando un paseo y metiendo la cabeza bajo el agua. Normal, son horas de comer. Se puede llegar remando pero también a pie. En tierra está hecha esta foto de @miguelamiguelez. Acercaos algún día que merece la pena.
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