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Así se hizo el gin tonic más grande del mundo, el de la destilería cántabra Siderit
La destilería cántabra Siderit y el bar La Flor de Vegadeo sirvieron en la noche del pesado viernes un total de 3.000 copas del gin tonic más grande del mundo. Una notaria certificó que el combinado de 700 litros es el más grande del mundo elaborado hasta la fecha.
El combinado se empezó a mezclar a partir de las 12 horas en la terraza del bar La Flor, en la plaza del Ayuntamiento de Vegadeo. Para ello fueron necesarios 180 litros de Gin Siderit Classic, 520 de tónica schweppes, 100 kilos de hielo y más de 10 bartenders. Se mezcló en un vaso con una capacidad de 1.000 litros y una cuchara de dos metros de largo.
El gin tonic más grande del mundo tomó protagonismo sobre un escenario situado en la plaza del Ayuntamiento de Vegadeo, rodeado de barras. Se sirvió a partir de las 17 horas a través de unos grifos que salían directamente del vaso, hasta que la cuba se quedó sin una gota de gin tonic y un notario certificó la hazaña.
Siderit, la ginebra cántabra que se elabora en 80 metros cuadrados y se vende en 14 países
Esta es la historia de dos hombretones, David y Ruben, que luchan contra tres multinacionales para colocar una ginebra ‘made in Cantabria’ en las estanterías de los bares de medio mundo. Lo hacen con un producto de máxima calidad, no podría ser de otra manera, y hecho a mano en una pequeña fábrica de 80 metros cuadrados situada en Torrelavega. Sus contrincantes Diageo, Pernod Ricard y Suntory tendrán mucha fuerza pero nada del romanticismo que ha llevado a estos dos jóvenes a abrir una destilería en el corazón de Cantabria.
Dos años de trabajo en los que han etiquetado y embotellado todas las botellas a mano. Una por una. El primer año 6.000. El segundo 24.000. Y el próximo tienen previsto llegar a las 50.000. Cuando visitamos la fábrica, hace casi un mes, estaban locos de contentos porque acababan de comprar una pequeña embotelladora que, sin duda, les va a facilitar mucho la vida. Dos años de aventura que se iniciaron desde abajo, dando a probar su ginebra en cenas de amigos y modificando la fórmula hasta conseguir un sabor apetecible.
Este éxito se consigue con esfuerzo, muy enfocados en la fabricación de un producto Premium y también en la venta. Mirando a Cantabria, pero también al mundo. David nos cuenta que ya venden Siderit en 14 países y que es imprescindible asistir a ferias, cuanto más internacionales mejor para vender, vender y vender. La inversión es fuerte pero el retorno también.
Siderit es el nombre científico del té del puerto, uno de los secretos de esta London Dry. Lo que la dota de un sabor largo, intenso y fresco. Es seca y neutra, con una retirada a enebro en boca y en nariz a cardamomo y mandarina.
¿Y cómo la fabrican? Una base de alcohol y hierbas pasa por un alambique de vidrio. En dos ocasiones para que la calidad sea excelente y el destilado no de resaca. La base es de enebro, mandarina y té del puerto que mezclan con otro tipo de hierbas botánicas (cardamomo, cilantro…). De ahí sale una ginebra madre de 88 grados de alcohol que estabilizan a 43 grados con agua de un manantial de Segovia, el agua de mineralización más débil que han encontrado en la península. Después lo pasan a un depósito donde la dejan reposar entre 45 y 60 días hasta que coge el sabor Siderit. Total, que entre unas cosas y otras, tardan 3 meses en que una botella esté lista.
En los últimos meses han ampliado el catálogo de productos y también fabrican una ginebra con sabor a ibiscus, muy apreciada en Bélgica y Holanda, y un vodka con base de leche que se ha llevado la medalla de oro en el Spirits Award de San Francisco. Y lo mejor es que estos chicos no dejan de soñar. Les gustaría montar una destilería museo en Santander, un lugar donde hacer catas y vivir una experiencia. Un espacio en el que intentarán maridar la destilería con el turismo.
Cerramos su historia con un consejo. “Antes fracasamos porque no nos gustaba lo que hacíamos (Para David, Siderit es su quinta empresa. La segunda para Rubén) Ahora nos damos cuenta. Hay que tener ilusión por las cosas. Así no tienes que vender nada, sólo contar lo que haces. Y esto no cuesta esfuerzo”. Tomamos nota. Aquí seguiremos haciendo El Tomavistas con pasión e ilusión. Todos los días. Y alguna tarde que otra nos tomaremos un gin tonic de Siderit a vuestra salud.