Hoy hemos ido a echar la mañana a Selaya, en el corazón de los valles pasiegos. En la plaza de la Colina, frente a la bolera, se levanta el Palacio de Donadío, construcción del siglo XVI formada por una torre central defensiva que data de la época medieval y un palacio de planta rectangular que la circunda. Su portada, con un arco de medio punto sostenido por dos columnas de estilo toscano, se entrelaza con uno de los cinco balcones que posee su fachada, y se ve rematado en un frontón curvo cortado y un escudo con las armas de la casa de Arce entre dos leones.
Al palacio lo rodea un muro en el que destacan rollos heráldicos y una magnífica portalada con arco de medio punto entre pilastras, con pináculos, bolas y escudo yelmado,en el que están tallados cuatro lises y debajo un guerrero portando una espada en una mano y apoyado contra un árbol con la otra, sobre un puente de cuatro arcos por los que pasa agua. A su izquierda cinco cabezas de moro cortadas.
Una fachada tan elaborada resulta destacable en la arquitectura cántabra de la época y es lo más destacable del municipio en cuanto a arquitectura civil se refiere.