Dos veces al día las barcas de la Maruca dicen adiós al mar. Se quedan en tierra firme, con una tristeza fugaz. Hasta que los ‘ramos frescos de espuma’ vuelven para acariciar su faz.
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La Maruca guerrera
La Maruca es una cala de barrio. La de los vecinos de las barracas construidas a golpe de esfuerzo. Antes fue lugar de refugio de los pescadores santanderinos. La de esos que tenían mucho carácter. Durante las guerras del siglo XVII levantaron en la Punta de San Pedro una batería defensiva. En 1806 cuatro cañones de hierro fundido sirvieron para que los valientes habitantes de Monte expulsaran de las aguas de la ría a tres naves inglesas.