El oficio de cuatro generaciones de boticarios se resume en esta frase. “En la farmacia vendes si eres simpático”. Es la máxima con la que trabaja Antonio Navedo, en la foto acompañado por su mujer Paula Alonso, y Carmen, Patricia e Isabel. Es el bisnieto de un farmacéutico cubano que llegó a Santander expulsado de la isla por las revueltas de esclavos y que dio continuidad a la que hoy es la farmacia más antigua de Santander. La Botica del Puente fue fundada en 1806 por un francés y estaba situada en el antiguo puente que unía la Catedral con la Compañía de Jesús. Tras la marcha de Cantabria de la familia francesa, Cándido Navedo se quedó con el local. Y a partir de ahí aventuras varias. En tiempos de la República fue requisada por los trabajadores de farmacia; en el 41 el gran incendio de Santander se la llevó por delante, así que se trasladó al edificio del Banco de Santander. Desde el año 52 está en la ubicación actual, en el Paseo Pereda, 4.
Un sinfín de elementos clásicos (lámparas de Murano, botes de porcelana, estanterías de castaño) conviven en el interior de la botica con las nuevas tecnologías. Desde el 1 de marzo tienen tienda online abierta los 365 días del año. “Hay que adaptarse a los tiempos”, dice Antonio. Ilusionados con la futura apertura del Centro Botín hasta están retomando el estudio del inglés. Venga quien venga y tirando de experiencia seguro que será bien atendido en la Botica del Puente. Por muchos años.