bar del moro

Visi trabaja con la luna y las mareas

visilagusaneraVisi, 75 años, y más de 40 vendiendo carnada en Santander. Al principio en la grúa de piedra y ahora frente al bar del Moro, al final de Marqués de la Hermida. Gusana roja, blanca, de tubo, muergo, almejas… “Soy la gusanera mayor del reino”, dice entre sonrisas, “también la más antigua” y presume de insignes clientes como Severiano Ballesteros o el mismísimo Revilla. Y después le sale el alma de poeta: “Trabajamos con la luna y las mareas”. Y más tarde el de meteoróloga: “El tiempo que hará nos lo dice la gusana. Si le cuesta salir viene malo y si es fácil cogerla viene bueno”. Cuánto oficio, por favor. Depende del coeficiente de las mareas se mueven de una ría a otra  en busca del mejor género, que cuidan como si fuese un bebé. La gusana fina la arropan con serrín de chopo, que les alarga la vida. Y así, en tiempos de móviles, internet, tecnología y mucha prisa, hay quien todavía se gana la vida recogiendo bichos del mar y respetando los tiempos que marcan las estrellas. La vida sencilla.

Enrique, en el bar del Moro, te deja la botella junto al vaso

enriquebarmoroLo mejor que tiene el bar del Moro, al final de Marqués de la Hermida, es que cuando pides un blanco te dejan la botella al lado. A eso se llama confianza en el cliente. “Aquí lo que cultivamos son las buenas relaciones”, dice Enrique, hijo del fundador Enrique Pasos ‘el moro’, que abrió el negocio en 1962. Enrique junto con su hermana Montse llevan ahora el negocio, uno de los más concurridos y con más algarabía de la zona. Y además de buen rollo, los del Moro traen la suerte al barrio. El día de los enamorados sellaron 5 aciertos en la Primitiva y en agosto de 2012 repartieron 756.000 euros. Y si te acercas y te toca, ¿qué?