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El Hotel Áliva o cómo dormir con todas las comodidades en mitad de Picos de Europa

hotel-refugio-aliva-pena-vieja ¿Veis ese par de casas con tejado verde? Están justo debajo de la majestuosa pared de Peña Vieja, la cota más alta de Cantabria, en plenos Picos de Europa. ¿Os imagináis poder dormir ahí con todas las comodidades de un hotel? Pues amigos, es posible porque lo que estáis viendo es el Hotel de Áliva. Sois gente con suerte porque yo conocí ese lugar en junio del 94, en una excursión de fin de curso que hicimos algunos alumnos de La Salle con Fermín, y por aquel entonces era un refugio de montaña puro y duro. Suelo de hormigón, esterilla, saco de dormir y a lavarse al riachuelo que hay en la pradera. Otros tiempos. Ahora y gracias a la reforma que hizo el Gobierno de Cantabria el hotel tiene 70 habitaciones amplias, para dos, cuatro y seis personas, con baño propio y una buena cama en la que pasar la noche, además de un restaurante cafetería que sirve desayunos y menús.

El tejado rojo es el Chalet Real que dio cobijo a Alfonso XII y XIII en sus cacerías por los Picos de Europa a finales del siglo XIX y principios del XX. Por cierto, es la primera construcción prefabricada que se instaló en España y se conserva en perfecto estado.

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Llegar hasta aquí es sencillo. A los que os guste caminar os recomiendo la ruta desde Espinama. Son unos 7 kilómetros que se hacen en unas dos horas y media. Si sois un poco más vagos os pueden subir en todoterreno también desde Espinama o podéis subir en el teléferico de Fuente Dé. El Cable os deja a 45 minutos andando del hotel.

Es imposible contar con palabras lo que se siente estando ahí arriba. Por la noche, las estrellas se pueden coger con las manos y los amaneceres y atardeceres son de impresión. El silencio sobrecoge. Durante el día lo mejor es hacer rutas y si podéis coronad Peña Vieja o acercaos hasta Cabaña Verónica.

El hotel, que abre sus puertas este fin de semana y a partir del 12 de junio ininterrumpidamente, programa actividades durante la temporada estival. Muchas de ellas gratuitas para todos los huéspedes. Por ejemplo, entre el 20 y el 26 de julio, 24 y 30 de agosto y 14 y 20 de septiembre hay observaciones de astronomía, con clases teóricas en la recepción del hotel y después salida a la pradera para practicar todos los conocimientos adquiridos; del 11 al 15 de agosto hay organizadas salidas para ver las Lágrimas de San Lorenzo en la Llomba del Toro, con chocolate y té con orujo incluido; el 22 de agosto seis afortunados podrán visitar la cueva del hielo por sólo 25 euros por persona y el 26 y 27 de septiembre celebran un curso de seguridad y orientación en la montaña, con dos noches de estancia y el curso por 99 euros. El 18 de julio habrá otro curso de cocina saludable y el 3 de octubre de cocina del queso.

Lo mejor es que dormir aquí es más que económico. Hay una oferta de 33€ por persona y día sujeta a disponibilidad que incluye: Teleférico ida y vuelta + traslado al hotel en 4×4 + alojamiento en habitación doble + desayuno cántabro. Para información y reservas está disponible este teléfono 942 31 89 50 Ext. 1154/55/56/58 (De lunes a jueves de 9:00 a 19:00 y los viernes de 9:00 a 15:00h).

Muchísimas gracias a Picoseuropa.net por cedernos algunas de estas fantásticas fotos.

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El Rey Alfonso XIII llega a la bahía de Santander a bordo del ‘Giralda’

visita-alfonso-xiii-barco-giralda-santander-cedis El ‘Giralda’ era el yate real en el que se movía Alfonso XIII y familia por aguas españolas. En esta foto, que nos cede el Centro de Documentación de la Imagen de Santander, fechada entre 1905 y 1906, se le ve navegando junto a otras embarcaciones por la bahía. ¡Cuánto movimiento y qué preciosidad de veleros! La imagen forma parte de la colección Sixto Córdoba, un párroco que investigó y recuperó el folclore cántabro, y su autor es desconocido. El ‘Giralda’, construido en los astilleros de Glasgow, fue botado un 28 de Agosto de 1.894 y batió el récord de la travesía de Inglaterra al Mediterráneo, navegando de Dartmouth a Gibraltar en 61 horas. En 1898 fue adquirido por el gobierno español por 60.000 libras esterlinas, al cambio 2.250.000 pesetas. En 1940 fue desguazado en astilleros de Sevilla. Gracias al Ayuntamiento de Santander por compartir con El Tomavistas de Santander miradas históricas de la capital de Cantabria.

La Magdalena y la flor de lis

palacio-magdalena-viento-sur-nubes Curiosidades. La decoración interior del palacio de la Magdalena la realiza el duque de Santo Mauro combinando muebles de estilo español procedentes del palacio del Pardo y de estilo inglés comprados para la ocasión. La flor de lis, símbolo de los Borbones, preside toda la decoración y no la Corona de la monarquía española. Un detalle que muestra que el palacio fue regalado a Alfonso XIII a título personal y no como Rey de España.

La segunda del Sardinero desde el sendero de Mataleñas en 1924

segunda-playa-del-sardinero-1924El Sardinero era el lugar de moda de las clases pudientes españolas a principios del siglo XX. El rey Alfonso XIII trasladó su residencia estival al palacio de la Magdalena en 1913 y en 1917 se inauguró el hotel Real, un establecimiento de primera categoría destinado al disfrute de los que visitaban la zona balnearia de Santander. Por lo que muestra esta imagen que nos regala Cantabria y Santander en el recuerdo todo se concentró en la Primera del Sardinero, porque en esta vista de la Segunda se ve una playa con pocos bañistas y un sinfin de ‘praus’ alrededor. Santander, que por aquel entonces tenía unos 75.000 residentes, no había comenzado a explotar esta zona de la ciudad.

La trasera palaciega

palaciomagdalenaDice @miguelamiguelez que los martes, como echan Gran Hotel, suele dar una vuelta por el recinto de la Magdalena. Para enseñar puntos de vista que no salen en la tele. Como la trasera de palacio, construido por Gonzalo Bringas y Javier González de Riancho entre 1908 y 1912. El encargo fue municipal. El Ayuntamiento de Santander quiso regalar a los Reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia una residencia de verano.