“No era fácil surfear entonces por la estricta moral de la época. Salía de casa vestida de señorita y tenía que cumplir horarios. Surfeaba a escondidas, dejaba la tabla guardada en la taquilla del servicio de lanchas que cruzaban la bahía de Santander hasta Somo. Así era cómo me movía”.
“No había chicas, era un mundillo de hombres. No había competiciones de mujeres así que, al principio, tenía que participar en categoría masculina. Poco a poco, fue habiendo más chicas y empezó a haber campeonatos femeninos”.
Un bravo por Laura Revuelta que inscribirá su nombre, el próximo 21 de junio, en el prestigioso ‘Paseo de las Estrellas del Surf’ en honor a su aportación al deporte y la industria del surf, como estandarte del surf femenino nacional.