Los temporales que azotan el Sardinero son cíclicos y si no miren. Esta foto es del 27 de diciembre de 1951. Nos la regala Cantabria y Santander en el recuerdo. Muchas gracias por ello. Cuentan las crónicas de la época, la de El Diario Montañés que “Santander amaneció con viento fuerte del Noroeste que no cedió en todo el día. A última hora de la tarde amainó. Era la calma antes de la tempestad. A las diez de la noche, el viento volvió con violencia de ciclón. Hasta las cinco de la tarde del día siguiente, 28 de diciembre, Santander se convirtió en un barco atrapado en una tormenta en alta mar”. En el Sardinero había olas gigantescas que golpearon de lleno al Pabellón Real ‘La Caracola’, situado en la primera playa. Las olas lograron echarlo a tierra y sus restos fueron arrastrados mar adentro.
Sigue El Diario Montañes que “la línea de playa desapareció por completo, incluidos los muros que la rodeaban, y el agua llegó hasta las puertas de los antiguos Campos de Sport del Racing, inundando por completo el Parque de Mesones y arrancando de cuajo árboles y bancos. El mar también se llevó parte del muro y la balaustrada del mirador de los Jardines de San Roque. En Puertochico y Las Quebrantas, todos los barcos quedaron volcados. La fuerza de las olas fue tal que se llevó por delante el puente de acceso a la caseta de los prácticos del Puerto, situada en la actual Playa del Camello”. Vamos, como éste año.