Contamos la historia de estas ruinas el pasado octubre cuando un temporal las descubrió en la Segunda del Sardinero. Es la caseta de amarre del cable submarino que unió a España e Inglaterra en el siglo XIX. Hoy revisitamos sus ruinas porque nunca las habíamos visto tan descubiertas y puede que mañana la fuerza de la marea y la arena las vuelva a tapar. Nunca se sabe. Aquí quedan.