El propietario de este 600 quería tener el coche bien cerca mientras se tostaba al sol. Tanto que lo bajó a la misma arena del Sardinero. Uno más entre los bañistas. Vaya tesoros que tiene Cantabria y Santander en el recuerdo entre sus archivos.
El propietario de este 600 quería tener el coche bien cerca mientras se tostaba al sol. Tanto que lo bajó a la misma arena del Sardinero. Uno más entre los bañistas. Vaya tesoros que tiene Cantabria y Santander en el recuerdo entre sus archivos.