El ferry viene a Santander desde 1974. Vamos, que ya es uno más de la ciudad. Lo vemos pasar por la bahía y atracar en el puerto, pero pocos santanderinos nos hemos subido al barco. Nos dice, Daniel Holt, director de márketing de Brittany Ferries Santander, que el 90% del pasaje es británico. La compañía que lo gestiona, a pesar del nombre, es francesa y la crearon un grupo de agricultores bretones. Primero para transportar mercancías entre Bretaña e Inglaterra y muy poco después para llevar pasajeros. Vieron el negocio claro. El Tomavistas de Santander se ha montado en el Pont Aven, la joya de la corona de la naviera. Capacidad para 2.400 pasajeros y 650 vehículos. Y donde trabajan 170 personas. Esto fue lo que nos encontramos durante la visita.
Un payaso da la bienvenida al barco a los más pequeños.
El Pont Aven tiene diez plantas. Se entra por la sexta, donde está la recepción y una zona de restaurantes de tres tipologías diferentes: carta, self service y bocatas.
Uno de los pasillos que te lleva al restaurante principal del barco.
El restaurante principal del barco.
Las vistas del restaurante a la carta.
Los cocineros disfrutan de las vistas de Santander en un momento de asueto.
El puesto de mando del Pont Aven.
Un lateral del puesto de mando.
Las vistas a la bahía y a las obras del Centro Botín, desde el puesto de mando del Pont Aven.
Los vehículos esperan el embarque, mientras algunas pasajeros ya disfrutan de las terrazas del Pont Aven.
Las camas de una suite, cuyo coste se acerca a los 1.400 euros.
La sala de estar de una suite, que tiene hasta cuatro camas.
Las vistas y terraza de una suite.
Una de las terrazas reservadas a los pasajeros de las suites.
Vistas a la bahía de Santander desde una de las terrazas del Pont Aven.
Un pasajero espera relajado a que parta el barco del puerto de Santander.
El helipuerto del Pont Aven, por si surge alguna emergencia.
Piscina cubierta, que está acompañada por un pequeño jacuzzi.
Zona de bar, donde también hay un escenario donde se celebran espectáculos diversos.
Pasillos del Pont Aven y sus vistas.
Los dos ascensores que comunican los pisos del barco.
Una butaca del salón de belleza del Pont Aven.
Vistas de uno de los salones del barco.
Una de las dos salas de cine del ferry.
En verano, el ferry viene tres veces por semana a Santander.