En 1858 llegó el primer tren a Santander. Venía desde Corrales de Buelna. Por aquel entonces la conexión con la meseta era complicada. Había vías desde Alar del Rey hasta Reinosa, pero no entre la localidad campurriana y Corrales. Ese tramo había que hacerlo en otro medio de transporte e imagínense cómo debían de ser las carreteras en el siglo XIX. Esta historia y muchas otras las explica Pablo, vicepresidente de la Asociación Cántabra de Amigos del Ferrocarril, en el museo que tienen en Santander. Y gratis. Está un poco escondido, en la calle Carlos Haya, junto a las vías de Feve y Renfe, y se puede visitar los martes y viernes de 19,30 a 22 horas. También organizan visitas guiadas para grupos. “Tenemos muchas piezas con verdadero valor histórico como dos máquinas de vapor y una quitanieves única en toda España”, dice con orgullo. La asociación, fundada en 1978, ha conseguido reunir en todos estos años una cantidad ingente de documentación, fotografías antiguas, piezas ferroviarias centenarias, maquetas de edificios que tuvieron algo que ver con los trenes, material audiovisual, etc. Un paseo por la historia del ferrocarril en Cantabria que no deberías perderte.
Si buscas post por municipios
Y si lo prefieres por fechas
Bájate los ebooks
Lo más visto
- La antigua maternidad de Santander. ¿Cuántos de vosotros nacísteis allí?
- La Segunda del Sardinero desde Piquío cuando el Chiqui no existía
- Pueblucos cántabros: Tudanca
- Las obras de construcción del puente que une Pedreña y Somo
- Cantabria para perderse. El pueblo de Tresabuela en Polaciones
- Santander cuando los transatlánticos atracaban junto a los jardines de Pereda
- Santander cuando los caballitos de la Semana Grande se instalaban en La Albericia
- Pueblos de Cantabria: Resconorio
- En bicicleta y carro por la carretera de Barreda
- La subida al faro de Cabo Mayor