El 3 de noviembre de 1893 el Cabo Machichaco explotó en el muelle de Maliaño, justo enfrente de lo que hoy es Calderón de la Barca. Entre otras mercancías llevaba ocultas 51 toneladas de dinamita no declaradas a las autoridades portuarias. El Reglamento obligaba a los buques que transportaban mercancías peligrosas a fondear en la Magdalena o en Camargo. Hacia la una y media de la tarde se produjo un incendio en el interior del barco provocado por la explosión de una bombona de vidrio con ácido sulfúrico. Una hora después estallaron las dos bodegas. 60 edificios se derrumbaron y otros 86 resultaron seriamente dañados. La onda expansiva se propagó por toda la bahía y cientos de fragmentos de hierro salieron disparados a varios kilómetros de distancia. Además, la explosión produjo un ‘tsunami’ de millares de toneladas de agua que arrastró a todos los curiosos que se acercaron a ver el incendio al mar. Todos los que estaban en el barco intentando sofocar el fuego fallecieron. El resultado de la explosión fue de 590 muertos y más de 2.000 heridos. Murieron la mayor parte de las autoridades civiles y militares de Santander, incluido el gobernador civil. La magnitud de la explosión fue tal que un calabrote llegó hasta Peñacastillo y mató a una persona. Un guardia halló dos piernas sobre el tejado de un almacén de maderas a una distancia de unos dos kilómetros. En la playa de San Martín apareció el bastón del gobernador civil. Hoy se cumplen 128 años de aquel desastre. Gracias a Cantabria y Santander en el recuerdo por cedernos estas imágenes.
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