La foto aérea nos la ha mandado @el_neyra. Más majo. Ya sabéis que es un piloto que cada vez que aterriza en Santander nos envía una imagen. Esta de Peña Cabarga es imponente. La de tierra es del de siempre de @miguelamiguelez. En las dos las nubes le pegan un abrazo a la montaña que preside la bahía. Es que se hace querer.
Un 27 de abril de 1902 una protesta pacífica que se quejaba de la ubicación que tenía la estación de ferrocarril que unía Santander – Bilbao perdió el control y prendió fuego al lugar. Cuenta EL Diario Montañes que aquel día “por la mañana se celebro, en una abarrotada sala del ayuntamiento, una reunión a fin de hacer públicas varias quejas contra la permanencia de la terminal junto al muelle. Terminada la reunión varios muchachos se dirigieron hacia la estación y comenzaron a tirarle piedras. La muchedumbre empezó por arrancar y lanzar al mar las vallas que rodeaban el edificio. A continuación, arrojaron fajos de papeles sacados de los despachos y los rociaron con petróleo para prenderles fuego. Al rato llegaron los bomberos, recibidos con violencia y se vieron obligados a interrumpir las labores de extinción. Hora y media después las llamas habían reducido la terminal a cenizas. Las pérdidas por el incendio que también destruyó una caseta de carabineros y un tren con cinco vagones se elevaron a cerca de 125.000 pesetas”. Muchas gracias a Javier González de Riancho por regalarnos esta imagen de nuestra historia.
Hay días que mirando al suelo puedes volar por el cielo.
Arte urbano salido de la mente y de las manos del personal que se ocupa de las focas de la península de la Magdalena. Un nuevo faro ‘alumbra’ la costa santanderina, la bocana de la playa del Camello.
Que esté nublado es bueno para que contrasten. En soleado les ganan la partida el azul del mar y el naranja del amanecer. Hoy es día de admirar los verder tiernos que sólo se ven cuando arranca la primavera. 
Sí amigos. Hubo un tiempo en el que el Puntal de Laredo era casi casi como el que tenemos en la bahía de Santander. Virgen. Sin edificios. Ya estaban ahí esos caminos que llevarían a la ruina a este paraje natural. Gracias a Cantabria y Santander en el recuerdo por regalarnos esta foto.
