Santander también se acuerda de ti

Ya estamos rozando la fase 3 del desconfinamiento. Ya podemos movernos entre los municipios de Cantabria. Y más pronto que tarde todos los que nos estéis leyendo desde otras provincias podréis venir a visitarnos. En muchos de los comentarios que nos dejáis en nuestras redes sociales vemos que estáis echando de menos a Santander, pero que sepáis que es recíproco. Santander también se acuerda de ti.

Se acuerdan de ti y quieren verte pronto en Santander:

  • Las amplias playas del Sardinero, de la Magdalena, Bikini, Peligros, Mataleñas, que tienen ganas de escuchar conversaciones y risas.
  • La bahía y el Cantábrico, que quieren refrescar tu cuerpo serrano.
  • Los parques de la Magdalena, de Pereda, de las Llamas, de Mataleñas, de Cazoña, de General Dávila, que echan en falta tus paseos y que los críos correteen.
  • Los amaneceres desde el Sardinero o la bahía y los atardeceres desde el faro o La Maruca, que echan de menos tu mirada.
  • Los comercios, bares y restaurantes de la ciudad, los del centro, los de barrio y los de las afueras, que necesitan volver a recuperar el pulso y te esperan con su mejor sonrisa, la mejor gastronomía y los mejores artículos.
  • El museo marítimo del Cantábrico y el de prehistoria, el Centro Botín y las galerías de arte y las librerías de la ciudad que quieren seguir compartiendo belleza y conocimiento contigo.
  • El Palacio de Festivales, que quiere volver a llenarse de música, teatro, arte y aplausos.
  • Las Pedreñeras, que ya se están preparando para llevarte al Puntal y enseñarte los rincones de la costa santanderina.
  • La senda costera del Faro a La Maruca, que quiere acompañar a tus sueños y pensamientos.
  • Las olas del Cantábrico, que quieren que las surfees, que las nades.
  • El Palacio de la Magdalena, que a falta de alumnos de la UIMP, este año necesita tu cariño.
  • Los raqueros, que tienen ganas de escuchar otros acentos.
  • Los barcos de la escuela de vela, que quieren que aprendas a navegar en ellos.
  • Los jardines verticales del Gurugú, que echan de menos a esos visitantes a los que les gustas los márgenes de la ciudad.
  • Los pájaros del parque de las Llamas, que quieren volver a ver tus prismáticos.
  • La peña de Peñacastillo, que quiere volver a sentir las pisadas de los excursionistas.
  • La isla de Mouro, que quiere oír el respirar de los submarinistas.
  • Los tejados santanderinos, que quieren recibir las miradas de los pasajeros del funicular del Río de la Pila.
  • Cabo Mayor y Cabo Menor, que echan de menos los suspiros de los enamorados y el ¡ay qué bonito este paisaje!
  • El Niño Neptuno, que quiere escuchar el sonido de las palas.
  • La Duna de Zaera y las tumbonas de San Martín, que echan de menos tus siestas.
  • Los jardines de Piquío, que quiere sentir esas charlas de banco.
  • El barrio Pesquero, Tetuán, Cañadío, La Cañía, que necesitan bullicio después de tanta soledad.

    Y tu qué echas de menos de Santander. ¿Nos ayudas a completar la lista? Nos vemos pronto en Santander.