La costa de Comillas es para perderse

Comillas lo tiene todo. Villa señorial con casonas típicas de Cantabria, con palacios de la época de los indianos y con los aires modernistas que dejó Gaudí en su Capricho. Villa elegante y costa para perderse con una playa que mira al mar abierto y verdes acantilados que dialogan con el Cantábrico.

La playa de Comillas está a escasos cinco minutos andando del centro del municipio y tiene todas las comodidades para disfrutar del sol y del baño: arena fina, vigilancia, parking, duchas, chiringuitos… y el agua del Cantábrico fresca y limpia para darse unos cuantos ‘coles’ reponedores.

Un buen plan para pasar el día si sale nublado es darse un paseo por la ruta que une Comillas con el pueblo de Trasvía y que concluye en el maravilloso paraje del Parque Natural de Oyambre y la ría de La Rabia. Puedes empezar el paseo en el puerto de Comillas e imaginártelo en el siglo XVII cuando una de las actividades principales era la captura de las ballenas, la ballena franca del Cantábrico, la más lenta de todas las especies y que al ser arponeadas al morir no se hundían al fondo sino que permanecían a flote, lo que facilitaba las capturas. Estaban presentes en las costas cantábricas de noviembre a marzo. Eran oteadas desde las atalayas situadas en Portillo, Santa Lucía, Trasvía y Oyambre y desde ellas el atalayero daba el aviso al resto de sus compañeros, con señales de humo, cuernos o banderas.

Sigue a pie por toda la costa y transita por la Punta de la Moría hasta Punta Llubreras. A tu izquierda tendrás la Universidad Pontificia de Comillas, del arquitecto Lluís Domènech i Montaner, de estilo neomudéjar y hoy sede de la Fundación Comillas, que vela por el buen mantenimiento del municipio.

Estás paseando entre praderas verdes y acantilados con el salitre del Cantábrico empapando tu piel con el sonido del mar y el pío de alguna gaviota como banda sonora. Puedes llegar hasta Punta Cámbaro para tener unas vistas impresionantes de la Playa de Oyambre y la desembocadura de la ría de la Rabia. A la playa de Oyambre también se la conoce como la playa del Pájaro Amarillo, el nombre de la avioneta que hizo el primer vuelo transoceánico entre Norteamérica y España que, por falta de gasolina, aterrizó en el arenal de Oyambre en 1929.

Es hora de volver a Comillas. Para andar sobre tus pasos puedes volver a la villa modernista por la carretera CA-131, directa al pueblo y con cómodas aceras entre majestuosos árboles, que dan buena sombra.

¿A qué Comillas es para perderse?