Ruta aérea de Barcelona a Santander. Lunes pasado. A las doce de la mañana volamos sobre Bilbao. Ya se ha iniciado el descenso. Después llega el verde. Ya estamos en Cantabria. Pasamos por Hornedo, Entrambasaguas, Solares, Peñacabarga… Y tomamos suelo. Ya estamos en casa.
Este rincón sí que es un tesoro. Una calleja que lleva hasta un manantial en el que se pueden llenar un par de garrafas de agua de Solares por la cara. Está en el recinto del balneario y sólo se puede acceder a la fuente durante dos horas al día. De 10 a 12 de la mañana y en días laborables. Hoy hemos pasado un rato por ahí y el trasiego de vecinos era constante. También su honestidad. Ninguno de los que nos hemos encontrado ha incumplido la norma. Y sin vigilantes de control. Así da gusto.
El sol se cuela por una rendija e ilumina los bellos montes de Cantabria. Verdes. Solares y Santoña. Es un amanecer a lo ‘Gravity’, visto desde el espacio exterior.
Estarán en Piquío hasta el domingo, aprovechando la celebración de los baños de ola, y dan masajes gratis en la burbuja relax de diez minutos para promocionar las bondades de los balnearios de Cantabria. Te sentirás como si estuvieses en el de Puente Viesgo, la Hermida o Solares, pero con vistas a la segunda del Sardinero. El horario de 10 a 13,30 y de 17 a 19,30.
