Las obras de San Martin van a todo trapo. Día que pasas, día que ha cambiado el litoral. Muchos deben tener en el recuerdo las paladas en piragua y los baños que se dieron donde ahora hay tierra y piedras. El mío es el sol de invierno que tomaba al amparo de las naves derruidas. Al socaire del nordeste. Santander comiéndole terreno a la bahía. Como siempre.
Extraterrestres en las Llamas
Lines, la guardiana del parque de Mataleñas
A Lines no le gusta la casa. Vive en la calle Castilla, pero donde pasa el día, todos los días, haga sol, llueva o truene, sea primavera, verano, otoño o invierno, es en el parque de Mataleñas. Desde que amanece hasta que anochece. Es como la guardiana del parque. Conoce a todo lo que se mueve. Y ahí estaba hoy con su paraguas, su botella de agua, bien abrigada y de rojo. Para darle color al día.
Soledad en Los Peligros
De siega en los acantilados
El Marítimo, saqueado en la Segunda República
Curiosidades. El actual edificio del Real Club Marítimo de Santander se proyectó después de que la primera sede del club, un casetón de madera que servía de embarcadero para los trasatlánticos que fondeaban en la bahía, sufriese un saqueo y posterior incendio en agosto de 1932, tiempos de la Segunda República.
Surf al amanecer
Marea baja en la ría del Pas
La isla de Mouro antes fue la de Mogro
Curiosidades. La isla de Mouro fue llamada de Mogro hasta el siglo XVIII. La cambió el nombre el cartógrafo Vicente Tofiño de San Miguel por culpa de un error de transcripción.
Piti, el del quiosco del faro
Piti trabaja rodeado de souvenirs. Los que vende a los turistas que suben a cabo Mayor. Lo hace desde el día de San José de 1999. Vamos, que lleva 15 años en el quiosco del faro y con idea de seguir. Esta primavera el tiempo le está haciendo la puñeta. Como a todos. Vende menos porque dar una vuelta por los acantilados cuando llueve y sopla el viento es para visitantes valerosos. Desde febrero hasta diciembre. Todos los días puedes encontrar a Piti junto a su tenderete.